La importancia de las enzimas exógenas en la producción avícola
23 de julio de 2020MINERVET S.A. auspicia y participa en las III Jornadas Internacionales de Investigación, Ciencia y Universidad de la Universidad Juan Agustín Maza
12 de octubre de 2020Se define como bienestar animal (BA) al estado de salud mental y físico que le permite al animal permanecer en perfecta armonía con el ambiente que lo rodea. La pérdida del bienestar supone una serie de problemas que van a incidir en la función y el rendimiento del sistema productivo, como así también en sus resultados económicos. En la actualidad, tanto a nivel internacional, y de manera creciente de forma individual en cada país, se han establecido marcos regulatorios y normativas que permitan garantizar prácticas apropiadas y estandarizadas para conceder cierto estado de bienestar a los animales de producción.
El BA no es solo un requisito más a cumplir impuesto por mercados, sino una herramienta dentro de las cadenas de valor, que tienen como fin promover la calidad e inocuidad de los productos. El BA debe cuidarse de manera integral a lo largo de la cadena pecuaria, de manera tal de minimizar los problemas, salvaguardar la inversión y propiciar el desarrollo sostenible de cada actividad, atendiendo además a la demanda del público en general y los consumidores de productos de origen animal.
El empleo de animales en actividades agropecuarias contribuye directamente con el bienestar de las personas y conlleva a mejoras en la productividad y beneficios económicos. Existe una relación entre el bienestar de los animales y la seguridad de los alimentos obtenidos de ellos, ya que un animal que carece de bienestar y que por tanto sufre estrés, es más sensible a padecer enfermedades y alteraciones, que podrán estar presentes en mayor o menor grado en los productos derivados del mismo. El estrés no es más que una respuesta generada cuando el animal no logra adaptarse a situaciones que le provocan ansiedad o miedo, y no solo conlleva a cambios de comportamiento, sino también a perturbaciones fisiológicas y metabólicas, que pueden dar lugar a problemas patológicos y rendimientos zootécnicos subóptimos.
En el caso específico del cerdo, especie muy sensible al estrés, está demostrado que una falta de bienestar tiene las siguientes consecuencias productivas:
- Disminución en la velocidad de crecimiento
- Aumento en la edad en que aparece el primer celo en las hembras
- Disminución del porcentaje de preñez en la explotación
- Aumento del porcentaje de mortalidad perinatal
- Hasta un 23% de variación en el rendimiento reproductivo
- Hasta un 29-36% de variación en el número total de lechones nacidos
- Menor eficacia de respuesta a la vacunación y mayor sensibilidad a patologías respiratorias
En el caso de las aves de corral, se ha observado que el estrés impacta directamente sobre índices productivos y condiciones de sanidad:
- Hasta un 28% de variación en el índice de conversión en broilers
- Hasta un 28% de variación en el rendimiento de producción de huevos
- Mayor sensibilidad a patógenos como coli, Salmonella, Clostridium y patologías respiratorias
- Menor eficacia de respuesta a la vacunación
Los factores causantes de estrés pueden agruparse en 4 grandes categorías, como lo son: el manejo, las instalaciones, el clima y el movimiento de animales. Así, la concentración excesiva de animales, la presencia de ruido o contaminación, una variación brusca de temperatura, los cambios de alimentación, y las operaciones de cargas y descargas son los más relevantes en producir los efectos antes destacados. Cuando las situaciones que causan estrés se prolongan en el tiempo, sumado a su efecto sinérgico, provocan trastornos comportamentales, digestivos, reproductivos, e incluso inhibición del sistema inmunitario con mayores probabilidades de aparición de enfermedades. También se ha observado que el aumento del estrés conduce a una menor eficacia en la acción de medicamentos y aumenta su potencial tóxico.
El eje Hipotálamo-hipófisis-adrenal regula al sistema inmune mediante la liberación de glucocorticoides, dado que las células de este sistema poseen una variada cantidad de receptores para estas hormonas. De esta manera, modulan la respuesta inflamatoria, expresión de citoquinas y moléculas de adhesión, como también bloquean la maduración de linfocitos, entre otros efectos. El sistema inmunológico es un complejo sistema de órganos, tejidos y células que puede categorizarse en dos niveles. El “sistema inmunológico innato” incluye barreras físicas y químicas que actúan como primera línea de defensa frente a elementos extraños que podrían causar enfermedades. Aquí se incluyen las superficies epiteliales, fagocitos, células pre-sentadoras de antígenos (macrófagos, neutrófilos/heterófilos y células dendríticas); células asesinas naturales, citoquinas, proteínas del complemento. El “sistema inmune adaptativo” es mediado por los linfocitos “B2” y “T”. Este no es efectivo para proteger contra patógenos en un primer encuentro o exposición, pero es altamente efectivo en subsiguientes exposiciones y también cuando los desafíos de patógenos son exitosos al menos por una semana (reinfecciones o infecciones posteriores a la vacunación). Los glucocorticoides son las principales hormonas vinculadas a las situaciones de estrés, y son capaces de afectar al sistema inmunológico en ambos niveles.
En los últimos tiempos, como estrategia se ha incrementado el uso de productos que confieran efectos benéficos a la salud intestinal y la inmunidad. Cada día los productores, nutricionistas y veterinarios tienen mayores evidencias de que una mejor salud intestinal e inmunidad incrementan la productividad. Un hecho bien establecido es que el tracto gastrointestinal es uno de los mayores centros linfoide en el organismo. El 70% de la respuesta inmune se localiza allí, especialmente en aves. Por ello, centrados en el concepto de salud intestinal y su directa relación con la eficiencia del sistema inmune, los extractos de plantas han cobrado protagonismo en el campo de la nutrición animal ante la búsqueda de soluciones que ayuden con la posibilidad de inmunomodulación ante situaciones de estrés durante la crianza.
Los animales confinados a sistemas productivos intensivos se encuentran limitados a mantener una dieta balanceada, pero con cierto impedimento para acceder a nutracéuticos que podrían obtenerse naturalmente por el consumo de una relativa variedad en plantas. Estos micronutrientes cumplen la función de regular o estimular las distintas respuestas fisiológicas, algunas centradas en la modulación del sistema inmune. El principal mecanismo de acción se centra en que los nutracéuticos actúan como señalizadores que inducen la expresión de genes y la síntesis de proteínas por los ribosomas en determinados grupos de células. Estos pasos representan instancias necesarias e irremplazables para que el sistema inmunológico pueda responder ante patógenos y enfermedades.
Basados en estos principios, MINERVET S.A. ha desarrollado el producto MINER I, el cual porta extractos botánicos. Se indica como un aditivo funcional inmunomodulador eficaz para todas las especies y categorías productivas. MINER I tiene efecto en el sistema inmune innato y adquirido, dado que promueve una mayor diferenciación de linfoblastos, estimula la acción de macrófagos en intestino, mejora la respuesta en la síntesis de anticuerpos y optimiza la acción de señalizadores (citoquinas) que intervienen en la respuesta inflamatoria.
De acuerdo con lo mencionado, MINER I es un aditivo que puede complementar la dieta y acompañar al animal a atravesar situaciones de estrés fisiológico durante la crianza, que afectan su sistema inmune. Puede administrarse durante todo el ciclo de producción sin producir toxicidad ni residuos químicos en los productos finales de la cadena de valor. Confiere mayor resistencia a infecciones en animales jóvenes, quienes tienen un sistema inmune con menor experiencia y desarrollo. Permite una mejor respuesta a la vacunación, promoviendo mayores títulos de anticuerpos. Además, confiere una respuesta adecuada ante procesos infecciosos y durante su tratamiento terapéutico. El hecho de que un animal cuente con los recursos para modular y regular una respuesta equilibrada frente a patógenos y enfermedades permite una mayor ganancia en los índices productivos, en comparación con aquellos que requieren de gran esfuerzo para hacer frente a estos procesos, donde se expresa una respuesta exacerbada o poco eficaz con detrimento de los parámetros de producción. Durante las respuestas inmunológicas vigorosas, el sistema inmunológico puede captar hasta un 10% de todos los nutrimentos suministrados. Por esto es importante tener una respuesta inmunológica equilibrada, más que una respuesta inmunológica sobre estimulada. También, MINER I puede ser implementado en los momentos donde es requerida la cancelación de la administración de fármacos, por ejemplo, en las instancias pre-faena, dado que promueve una mayor resistencia y fortalecimiento del sistema inmune.
Se ha estudiado que la suplementación con MINER I ha conferido mejor respuesta en la vacunación contra enfermedades como Gumboro, Newclastle y Bronquitis infecciosa en aves. Incluso, grupos de aves desafiados con E. Coli han presentado mejores índices productivos y menor tasa de mortalidad en comparación a la terapia con antibióticos. Por otro lado, se ha observado que cerdos que han consumido raciones enriquecidas con MINER I han demostrado mayores cantidades de inmunoglobulinas totales en comparación con los que no recibieron el beneficio, lo que confiere mayor protección y resistencia ante procesos de estrés e infección.
Todas las acciones que promueven una alimentación de calidad, reducción del estrés y optimización del funcionamiento de los diversos sistemas y órganos, son tomadas como contribuciones a mejorar el bienestar animal. Un sistema productivo que lo garantice tendrá asegurado un rendimiento optimizado, predecible y asegurado.
CONCLUSIÓN
El bienestar animal y en relación con ello su estado sanitario, tienen un impacto económico significativo en las unidades productivas. Los factores que contribuyen a la aparición de enfermedades deben tenerse en cuenta para garantizar el bienestar de los animales y evitar mayores pérdidas económicas. El estrés es el principal efecto producido por la falta de BA y es uno de los mayores enemigos del productor al debilitar el sistema inmunológico de sus animales. Conceder un estado óptimo de salud mediante la administración de una dieta equilibrada es un acto que confiere bienestar al animal. Un sistema inmune fortalecido ayuda a hacer frente a situaciones que provocan estrés y responder de una manera eficiente ante procesos infecciosos y patológicos. El hecho de poder conferir al animal las mejores condiciones para su bienestar, incluso favoreciendo su salud intestinal y una dieta enriquecida, balanceada y completa, permite que el sistema productivo mantenga un rendimiento optimizado, predecible y asegurado.