III Simposium Internacional de Minervet
28 de junio de 2022Primera sesión del III Simposium Internacional de Minervet
22 de julio de 2022Una necropsia consiste en el examen post-mortem de un animal para determinar la causa de la enfermedad o de la muerte. Implica la disección reglada del animal y la realización de un examen macroscópico detallado de todos los sistemas orgánicos. Las muestras de tejido tomadas durante la necropsia se envían al laboratorio de Anatomía Patológica para la realización del estudio histopatológico y/o a otros laboratorios para la realización de pruebas diagnósticas complementarias (microbiología, toxicología, etc.) Cuando se realiza una necropsia se intentará responder a la pregunta de cuál ha sido la causa de muerte en el animal.
La necropsia permite conocer, en algunos casos, si el diagnóstico clínico es el correcto. En la práctica diaria, conocer la causa de muerte de un animal permite establecer medidas terapéuticas o preventivas para el colectivo del cual procede. Igualmente, la necropsia puede ser una medida útil de control para evaluar los diferentes tratamientos establecidos. La necropsia permite avanzar en el conocimiento de la enfermedad, en relación a la patogenia de las lesiones producidas, y su asociación con agentes etiológicos concretos.
En medicina veterinaria es habitual que los profesionales realicen las necropsias de modo frecuente. De aquí el interés en unificar criterios de valor en el diagnóstico anatomopatológico y de progresar en el conocimiento de enfermedades a través de las lesiones macroscópicas que se puedan observar.
La realización de una necropsia no supone grandes complicaciones en general; de todas maneras, si se quieren establecer conclusiones válidas, se necesita proceder en un determinado orden y de acuerdo con un método. De hecho, existen diferentes procedimientos para hacer una necropsia, aunque todos compartan factores comunes:
• Necropsia sistemática; hace falta utilizar un sistema, y aplicarlo de la misma manera en todos los casos.
• Necropsia reglada; es necesario seguir un orden en su realización.
• Necropsia completa; hay que evitar dejar partes u órganos del animal sin examinar.
El esquema general de una necropsia tiene que incluir los siguientes pasos:
1. Preparación y examen externo del cadáver.
2. Apertura del cadáver.
3. Estudio de los órganos de la cavidad abdominal.
4. Estudio de los órganos de la cavidad torácica.
5. Estudio de la cabeza.
6. Estudio de los nódulos linfáticos y de la médula ósea.
7. Estudio del aparato locomotor (huesos, articulaciones y músculos).
El equipo para realizar una necropsia correcta es: Guantes, Overol, barbijo, gafas, cofia, máscara facial, Mandil, botas de goma, cuchillo de disección y/o bisturí, material de disección, material para la toma de muestras y, por último, si es posible, una persona ayudante quien tomará fotografías paso a paso o vídeo filmación.
Las normas generales a seguir en una necropsia reglada, son:
- No se deben seleccionar animales que estén al final de algún proceso infeccioso.
- No seleccionar animales enfermos crónicos
- Es aconsejable sacrificar animales en los distintos estadios de la enfermedad para correlacionar los síntomas clínicos con las lesiones que observamos y establecer la posible correlación, de lo observado en la necropsia y lo que vemos en la explotación.
- No realizar la toma de muestras para la realización de antibiogramas de animales tratados
El procedimiento general de preparación y examen externo del cadáver es:
- Apertura del cadáver.
- Estudio de los órganos de la cavidad abdominal.
- Estudio de los órganos de la cavidad torácica.
- Estudio de la cabeza.
- Estudio de los nódulos linfáticos y de la médula ósea.
- Estudio del aparato locomotor huesos, articulaciones y músculos.
El examen externo del cadáver permite valorar el estado de carnes del animal y la existencia de lesiones cutáneas: Mucosas, fosas nasales y cavidad oral región perineal, región abdominal e inguinal, articulaciones.
La colocación del animal puede variar. Generalmente se utiliza la posición en decúbito supino o decúbito lateral. (Intagri) La apertura de las cavidades dependerá directamente de la posición en la cual se realice la necropsia. En animales en decúbito supino, inicialmente se realizan dos cortes sobre la piel y el tejido subcutáneo en forma de triángulo siguiendo la proyección de la mandíbula. Posteriormente, se realiza una incisión hasta la entrada del tórax, donde con el mismo instrumento de corte, se secciona la zona cartilaginosa de las costillas dejando al descubierto toda la caja torácica. Siguiendo el corte, también se procede a la apertura de la cavidad abdominal hasta el pubis.
La correcta elección de los animales y la realización de una necropsia de manera reglada, junto con la recogida de muestras de forma adecuada y su envío al laboratorio, aportarán una importante información sobre la patología que se está padeciendo.
Es necesario un número suficiente (ya que un número reducido sesga el diagnóstico). Este número de animales varía, dependiendo de la evolución del proceso, si es un proceso sobreagudo o un proceso de evolución lenta en la explotación. (Toledo Castillo et al. 2015)
Inicialmente es necesario constatar el grado y extensión de los cambios cadavéricos, los cuales darán una información aproximada del tiempo transcurrido desde la muerte del animal y, sobre todo, del estado de descomposición del cadáver. Los cadáveres en estado avanzado de autolisis no suelen ofrecer mucha información y pueden inducir a confusión cuando se tenga que establecer el diagnóstico macroscópico (resulta difícil determinar si se trata de cambios debidos a la enfermedad o bien al proceso de autolisis). La muestra considerada ideal es el cerdo vivo, porque se puede observar la sintomatología clínica que presenta (da una idea de si se trata de un animal representativo del problema de la granja o no). Además, es posible extraer sangre para determinar algún parámetro sérico o sanguíneo.
Para la necropsia, se procedería a la eutanasia y al sangrado inmediato del animal. Tanto los animales de abasto como los utilizados para experimentación u otros fines científicos deben ser sacrificados utilizando un método que no cause dolor ni sufrimiento.
Teniendo lo anterior en cuenta, están especialmente desaconsejados los siguientes métodos de sacrificio:
• Administración de fármacos eutanásicos de uso veterinario.
• Desangrado en vivo (el desangrado puede resultar aceptable si el animal ha sido previamente aturdido).
• Traumatismo craneal. Los cambios post-mortem nos pueden dar una idea de cuánto tiempo lleva muerto un animal. De entre los cambios post-mortem que es preciso observar destacan:
• Rigidez cadavérica (rigor mortis).
• Temperatura del cadáver.
• Opacidad corneal y pérdida de la turgencia ocular
• Presencia y magnitud de los signos de descomposición (manchas abdominales verdes). A continuación, se realiza un examen externo completo (piel, pelo, nódulos linfáticos superficiales) desde el cráneo hasta la región caudal.
Envío al laboratorio
- Es necesario llamar al laboratorio y consultar qué muestras necesitan para identificación del proceso y las condiciones de envío de estas.
- En segundo lugar, tener el material preparado: bolsas o botes estériles (para enviar trozos, fluidos u órganos) y formol en el maletero del coche siempre es útil.
Es conveniente que de algunos procesos infecciosos se realicen antibiogramas para que en el futuro se pueda establecer tratamientos antibióticos ajustados a los test de sensibilidad. (Toledo, Manuel et al.2015)
La histopatología es una herramienta diagnóstica excelente para orientar problemas patológicos de difícil caracterización clínica y problemas de origen neurológico. Lógicamente, también permite la correlación entre la detección de agentes infecciosos y la existencia de lesiones asociadas.
Bibliografía
Intagri Técnica de necropsia en Cerdos PorciNews.Porcino.Infode https://www.intagri.com/articulos/ganaderia/tecnica-de-necropsia-en-cerdos –
Toledo Castillo,Manuel et al. Necropcia de campo en ganado porcino(2015)Revista porciNews https://porcino.info/necropsia-de-campo-en-ganado-porcino
Autor: MV. Germán González