La importancia de los minerales en la producción avícola
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21 de diciembre de 2022Los sistemas avícolas dedicados a la producción de carne deben conocer con detalle los elementos que componen al sistema para brindar al lote ingresante las condiciones necesarias que favorezcan la expresión del máximo potencial de desarrollo.
Aunque el tamaño del lote o la tecnificación varíen, el manejo correcto de los primeros días de vida es determinante del éxito o fracaso de la producción.
El trabajo metódico en la preparación del galpón para la recepción de los bebés será el aliado imprescindible.
En el protocolo de trabajo debe primar la BIOSEGURIDAD, incorporando todas las medidas de manejo necesarias para reducir el riesgo de ingreso de patógenos. Todos los operarios deben conocer las medidas de bioseguridad implementadas y respetarlas, ya que la perdida de los protocolos puede derivar en fracaso de la sanidad y desarrollo de enfermedades.
A continuación, se detallan actividades que deben formar parte del protocolo de trabajo en la primera etapa de la cría:
Dependiendo de la zona, la disposición del galpón puede variar. Esta disposición será priorizando la protección contra el sol directo y permitiendo la ventilación.
Construcción en terrenos altos, no anegadizos, presencia de cortinas de árboles, distancias mínimas con otros sistemas productivos, presencia de cerco perimetral, cartelería informativa, filtros sanitarios son parte de las buenas prácticas del sistema.
La ubicación de los galpones avícolas dentro del predio productivo es paso previo para dar las condiciones correctas a las aves que albergará.
Las instalaciones deben permitir su fácil limpieza y desinfección. Esto incluye paredes, pisos, insumos móviles como comederos, bebederos, sistemas de calefacción o ventilación, permitiendo controlar la carga de patógenos entre crianzas. Estas actividades forman parte del periodo de descanso sanitario obligatorio, comprendido entre la salida de las ultimas aves del lote y la entrada de las primeras aves del siguiente. En esta etapa debe realizarse un minucioso control de plagas incluyendo roedores, aves silvestres, moscas y cascarudos que actúan como vectores transmisores.
Las aves que ingresan al sistema productivo debe provenir de plantas de incubación inscriptas con información comprobada del plan sanitario aplicado. La calidad del bebé será determinante en el proceso, y por esto, el productor debe conocer las líneas genéticas con las que trabaja, los parámetros esperados en crecimiento, el consumo estimado y demás información de importancia aportada por la cabaña.
El lote de aves debe poseer una única edad y se recomienda aplicar el sistema TODO ADENTRO-TODO AFUERA que colabora con el mantenimiento del status sanitario.
Determinar la calidad y vitalidad del bebé al ingreso es parte del protocolo de trabajo. El encargado de la recepción debe inspeccionar a las aves para determinar estado general, sensorio, presencia de muertos, características de la defecación en las cajas y otros datos de importancia.
El pesaje de una muestra representativa del lote ingresante aporta datos sobre la calidad del mismo y su relación con los parámetros esperados para la línea genética.
La necropsia de bebés contribuye con información sanitaria de importancia. El peso relativo del vitelo no debe superar el 8% del peso total de pollito, pesos mayores se relacionan con menor calidad de bebé. Tener en cuenta que la absorción completa del vitelo debe producirse alcanzada la primera semana de vida.
Previo al ingreso del nuevo lote se dará al galpón las condiciones necesarias para el confort de las aves. Durante la primera semana la temperatura ambiental óptima es de 32 a 35 grados centígrados en relación con la inmadurez del sistema termorregulador del pollito. Debemos evitar el choque térmico.
La temperatura se reduce semanalmente en acompañamiento con el emplume completo de las aves y la capacidad de conservar su temperatura corporal. En este punto también es necesario tener en cuenta la temperatura del agua de bebida, ya que las bajas temperaturas reducen el consumo de líquido y por consecuencia reducen el consumo de alimentos.
En esta etapa es importante ventilar el galpón sin alterar la temperatura, evitando que las corrientes de aire lleguen directo sobre las aves, pero cumplan con la finalidad de permitir el ingreso de aire fresco, eliminar el dióxido de carbono y el exceso de humedad del ambiente.
La calidad y profundidad de la cama colabora con las condiciones de confort, a través del aislamiento del piso, mantenimiento de la temperatura y correcta capacidad de absorción de las deyecciones. Una vez que se finaliza la crianza la cama podrá ser retirada o utilizada en el mismo establecimiento previo tratamiento e inactivación de bacterias, virus y hongos.
El alimento y el agua deben estar siempre disponibles. Los pollitos deben aprender a consumir alimento de forma rápida, de este modo su sistema digestivo se desarrolla anatómica y fisiológicamente. El glicógeno endógeno necesita ser reemplazado por una base energética proveniente del consumo de almidón, y una base proteica de diversa fuente. El pronto acceso a alimentos favorece también la correcta absorción del saco vitelino y el desarrollo del sistema inmunitario.
Ayunos prolongados muestran aves apáticas, deshidratación y compromiso del desarrollo futuro.
El aporte de fuentes de proteína de alta digestibilidad en dietas de preinicio es determinante en el futuro crecimiento de las aves ya que en los primeros días de vida la absorción de proteínas y aminoácidos se encuentra en desarrollo. La oferta a través de raciones micropeletizadas favorecerá el fácil acceso a todos los componentes de la ración eliminando las perdidas por selección y por tamaño de partícula.
Como parte del protocolo de trabajo se maneja un esquema de iluminación para estimular a las aves y mantener activo el consumo de agua y alimentos. El control externo del aporte lumínico que genera en las aves un ambiente de fotoperiodo positivo se traduce en la estimulación del eje hipotalámico hipofisario con el objetivo de obtener un mayor rendimiento. Dependiendo de la adaptación del pollito a su entorno, las primeras 24 a 48 horas de vida el estímulo lumínico sería de 24 horas de luz versus cero horas de oscuridad, pero es necesario que las aves conozcan la oscuridad por lo que en los días sucesivos se incrementarán las horas de oscuridad hasta cubrir un periodo mínimo de 6 horas diarias.
La distribución lumínica debe ser homogénea a fin de evitar migración de las aves con cambios en la densidad dentro del galpón, competencia por comederos y bebederos.
Además de proveer un tiempo suficiente de escotoperiodo (periodo de oscuridad), durante el periodo de luz se reducirá la intensidad de la misma siguiendo el crecimiento. Esto colabora con la reducción de problemas metabólicos como ascitis, muerte súbita, condrodisplasia tibial y problemas cardiovasculares.
Esta información forma parte del complejo sistema de manejo de la primera etapa de la cría de broilers.
La metodología en su realización será determinante del éxito de la misma.
Bibliografía:
-Buenas Prácticas en Avicultura, Facultad de Ciencias Agropecuarias, Navanio C., Cavenio M., Bonell L.
-Resolución SENASA 542/2010. Requisitos sobre instalaciones, bioseguridad, higiene y manejo sanitario, para el registro y habilitación sanitaria de establecimientos avícolas de producción.
-Resolución SENASA 575/2018. Requisitos para el bienestar animal.
Autor: Dr. Evangelina Zarate